lunes, 19 de octubre de 2020

Algunos apuntes biográficos sobre Carlos Augusto Salaverry

Escribe Miguel A. Seminario Ojeda

Carlos Augusto Salaverry nació en la hacienda “La Solana” jurisdicción de Lancones en la provincia de Sullana. Hijo del entonces coronel Felipe Santiago Salaverry y de la piurana, Vicenta Ramírez Duarte, hija de Francisco Ramírez y Juana Duarte, propietaria de terrenos y casas en La Punta, hoy Sullana, como consta en varias escrituras públicas. Sobre la estadía de Felipe Santiago Salaverry en La Solana, publiqué una carta escrita desde ese lugar por el coronel Salaverry, en clara demostración de sus amores con Vicenta Ramírez Duarte.

Objetos relacionados con Carlos A. Salaverry
en el museo "Luis Crus Merino" de Sullana

Por muchos años, como la familia Ramírez Duarte tenía propiedades urbanas en Piura, se creyó que Carlos Augusto había nacido en San Miguel De Piura, pero no fue así, ya que de ser cierta esta presunción, el párroco de la Iglesia Matriz, hoy catedral, no hubiese acuñado en la partida baustismal, la cláusula "ex licencia parroquia", que significa que el bautizando procede de otra jurisdicción parroquial. Al aparecer esta cláusula, es evidente que Carlos Augusto Salaverry Ramírez no nació en el Chilcal, sino en La Solana, como siempre lo afirmó la familia materna del poeta. Que fue bautizado en Piura, es cierto, pero es evidente que no nació en esta ciudad.

Con pocos años de vida, el niño fue llevado por su padre, que ya había contraído nupcias con Juana Pérez Infantas, lo llevó porque así lo obligaba el código civil de la época, y no porque la familia materna no lo podía mantener. Su padre quiso que se educase en Lima bajo los cuidados de Juana Pérez de Infantas, al lado de su hermanastro, llamado también Felipe Santiago, como su progenitor.

Tenía solo 6 años cuando su padre fue derrotado y fusilado por Andrés de Santa Cruz, siguiendo a sus familiares en el destierro en Chile. Sus biógrafos dicen que fue así como su personalidad empezó a formarse en la soledad, la tristeza y las penurias económicas, cursando apenas estudios elementales. Retornó al Perú, y a los 15 años de edad ingresó al ejército en calidad de cadete, en el batallón Yungay.  Así de militar, en los años 50 del siglo XIX retorna a Piura en misión especial, y seguro que se reencontró con sus parientes maternos, como consta en los partes del Archivo Histórico Militar del Centro de Estudios Históricos Militares del Perú. De esta parte de su vida, debemos destacar que participó en el combate del "Dos de Mayo” de 1866.

Se casa con Mercedes Felices, unión que no duró mucho tiempo, luego se enamoró de Ismena Torres, cuya familia se trasladó a Europa, para alejarla de él, y como resultado de esto, escribió en  verso, lo que sus críticos consideran en su mejor obra: Cartas a un ángel.

Por esos años estrenó también sus primeros dramas: Arturo (su primer estreno), Atahualpa o la conquista del Perú (1854), Abel o el pescador americano (1857) y El bello ideal (1857). Publicó la primera edición de su poemario “Diamantes y perlas” (Lima, 1869). En Europa editó la colección de poemas titulada “Albores y destellos” (El Havre, 1871), obra que incluye tres libros: el del título propiamente dicho, “Diamantes y perlas” y “Cartas a un ángel”.

En 1878 regresó al Perú. y el poeta hubo de cumplir sus deberes de ciudadano al año siguiente, producida la guerra con Chile. Escribió varias poesías, que he dado a conocer en las tres ediciones de mi libro Historia de Sullana. Terminada la guerra, y después de publicar “Misterios de la tumba” (Lima, 1883), regresó a Europa y contrajo matrimonio por segunda vez, en París. Murió el 9 de abril de 1891. Sus restos fueron repatriados en 1964 a su tierra natal, reposando en el cementerio "San José" de Sullana.

(Escrito publicado en la revista El Tallán, edición N° 65, junio 2012)